» El pasado sábado concluyo y con éxito su pase de grado Sihing Marco Antonio Lozano.
Un examen que desde el pasado verano comenzamos a darle forma en cada una de las visitas que hemos realizado hasta completar sus exigidas 12 horas de examen. Formas, pasos, nombres, programas, secciones, teoría y práctica y trabajo escrito que es lo que se exige por mi parte para estas pruebas que, si bien no son para todo el mundo, pero el que las acepta, las hace y el resultado es este. Marco A. Lozano 3º Grado Técnico es sin duda un ejemplo a seguir para muchos de sus alumno. Es un trabajador y perfeccionista dentro de nuestro precioso Arte. Al contrario que otros que, se acomodan y se esconden detrás de sus grados, pensando que ya está todo hecho y que no necesita aprender más que es todo lo mismo. Marco, demuestra que cada vez que entrenamos 4 horas, no deja de sorprenderse por las cosas que , sin rechistar, repasa una y otra vez y esto le hace superarse a si mismo. Siempre ha estado ahí, ayudando, apoyando a todos sus alumnos, compañeros y a un servidor. Siempre pendiente de sus progresos y sus fallos para hacer de estos una superación más y un empeño al que ponerle más tesón y fuerza para combatir y lograr sus metas.
Sin duda alguna Marco es un buen ejemplo a seguir para muchos y el que quiera un camino fácil ya sabe lo que ha de hacer. Esto del Wing Chun, puede ser que nos guste mucho a todos, pero el que no esté dispuesto a trabajar y duro, no llegará a nada, independientemente del grado que tenga o no. Solo se engaña a si mismo.
Marco, has hecho un buen trabajo, no solo estos días, si no, desde que comenzaste hace ya unos años conmigo. Tu nivel es superior al de muchos que conozco y es un orgullo tenerte siempre cerca. Tu escuela debe estar contenta contigo y además segura de quien tiene como Instructor.
En Madrid hay un buen equipo de Wing Chun WuYi y yo estoy encantado con vosotros y sobre todo, hoy que es tu día compañero.
Felicidades y enhorabuena por tu ya 3º Grado Técnico.«
Sifu José C. Casimiro
Ahora que dispongo de algo de tiempo me gustaría dar las gracias desde esta página a Sifu José C. Casimiro. Gracias por tus palabras y sobre todo por tu esfuerzo y dedicación conmigo.
Hace ya algunos años que nos conocimos, yo acacaba de sacarme el primer grado técnico y empezaba a ayudar a mi compañero Juan Ramón a dar unas clases. Desde el primer momento me llamo la atención un Wing Chun diferente al que yo hacía, con mucho dinamismo, pasos y contundencia, y la programación de cada grado de alumno, llena de materia que yo desconocía entonces.
Como un reto, lleno de ilusión, comenzamos a preparar todos los grados de alumno, así como las siete primeras secciones de Chi-sao, de una manera meticulosa, y desde la óptica del profesor de Wing Chun en que me estaba convirtiendo, e invirtiendo cada vez más tiempo en ello.
Tras superar el segundo grado técnico contigo y Sifu Thommy L. Boehlig, empezó la preparación de este tercer grado técnico, al que le he dedicado años e incontables sesiones de entrenamiento. Las secciones de Biu Jee son tan divertidas como agotadoras hasta que empìezan a «fluir». A la par, seguimos mejorando los programas de alumno, así como la eskrima.
Realmente los grados me importan poco, pero este me hace especial ilusión, porque creo que es la constatación de lo mucho que ha cambiado mi Wing Chun desde que estoy contigo, una mejoria increible. Ver y entender la evolución de este arte marcial, desde la pegajosidad de las primeras secciones hasta el rebote y desaparecer de las secciones de muñeco, pasando por la destrucción de barreras de la biu jee. Un arte marcial que resulta, con sus defectos y virtudes, apasionante.
Poca gente hay en nuestro país con el nivel técnico y humano de Sifu José C. Casimiro. Sin abusos, sin franquicias que explotar, sólo Wing Chun y alguna cerveza en el bar después del entreno, siempre hablando de este mundillo.
Muchas gracias Sifu.
También dar las gracias a mis compañeros de entreno y monitores en Madrid, así como a mis alumnos, que son la piedra angular sobre la que me baso para mejorar día a día.